miércoles, 2 de julio de 2008

La Vida en el Espacio

Adaptado a vivir bajo el influjo de la gravedad, el ser humano debe afrontar curiosos retos si quiere estar entre las estrellas.

  • Náuseas, dolores de cabeza y problemas para localizar brazos y piernas son parte de los síntomas del indeseable mareo espacial.
  • El descenso de la presión sobre la espina dorsal por la ausencia de gravedad hace que la estatura de los astronautas aumente 5 cm.
  • En el espacio nadie escucha tus ronquidos... porque desaparecen.
  • Nadie sabe que sucede cuando se hace el amor en el espacio.
  • Al quedar expuesto al vacío espacial no hay que aguantar la respiración: los pulmones se desgarrarían por la descompresión. Tampoco hierve la sangre ni se acaba explotando, como se ve en algunas películas.
  • A la hora de comer, la sal y la pimienta se sirven en forma líquida y los macarrones se comen aguados.
  • Para usar el retrete hay que sentarse con precisión en el centro del inodoro. Es una de las cosas que deben ejercitarse concienzudamente en la Tierra.
  • Lo más duro del regreso a nuestro planeta es darse cuenta de que si sueltas un objeto, cae.
  • Resulta difícil dormir en órbita baja cuando el Sol sale y se pone cada 90 minutos.
  • En el espacio no hay que exponerse nunca a la luz del Sol sin protección; se corre el riesgo de sufrir quemaduras muy graves.

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